jueves, 19 de marzo de 2009

Es muy fácil...

Es muy fácil decir que las cosas no van como uno quisiera. Es más fácil aún quejarse a voz en cuello que los impuestos son cada vez más altos, que el sueldo es cada vez más bajo y que la clase media no existe más. Mirar las miserias ajenas es el deporte nacional, criticar al que hace algo, olvidar el nombre de ese político que dejó de robar por dos años, votar al que vendió el país. Lo que pasa es que la memoria brilla por su ausencia y el olvido se encargó del resto (que no era mucho), pasa que no asumimos nuestro papel de soldado raso que tiene en mente dos luchas, la más importante, el honor del estandarte y la más urgente, mantenerse con vida.
Es muy difícil entender que nuestro destino ya no nos pertenece, que ha sido apropiado por los hacedores de papel moneda. Tu destino como individuo tiene bajorrelieves antirrobo y es de color verde. Quien consultaba el horóscopo, ahora mira el índice merval, quien creía en divinidades, ahora cree en Adam Smith.
Nuestro destino como nación pertenece a una corporación. La libertad que pregonaban íbamos a tener con la democracia, es de utilería y cartón pintado. Libertad y derechos, eso es lo que no tenemos. Es más fácil robar y salir exonerado por falta de méritos que defenderse de un asalto y salvarse de pasar unas noches en la comisaría por averiguación de antecedentes. Podemos quejarnos hasta que nos salgan arrugas pero los precios suben, la contaminación no cesa, la inflación ha vuelto (aunque digan que no) y la seguridad en la calle es un bello recuerdo en los cuentos del abuelo. Podemos gritar hasta el infinito pero nadie nos ayudará (salvo que sirva de algo tener a doscientas personas mirando cómo una patota de salvajes nos arrebata la dignidad y el salario). Podemos salir en la televisión denunciando que hay corrupción, demagogia, discriminación, contaminación, robos, violencia familiar pero el opinólogo de turno devaluará nuestra causa y elogiará el topless de la diva en la playa.
Nos llevará un tiempo asumirnos como sociedad en desarrollo sobre todo cuando los que llevan adelante nuestros destinos son los menos peores de lo disponible. Porque si tuviéramos siquiera la posibilidad de expresar realmente nuestras opiniones y elegir sin condicionamientos, allí comenzaría el verdadero cambio en nuestra sociedad.
Más difícil es tomar el camino de la acción, porque hay que transpirar. Más difícil es tomar conciencia de lo que nos pasa y ponerse a trabajar para cambiar. Más difícil es tomar compromiso con las causas porque les ocurre a otros, son siempre ajenas. Más difícil es creer que vivimos en un país que fue el granero del mundo hasta que vino un tornado y le voló las chapas. Y lo más increíble de todo es escuchar hablar a la gente que piensa que con el Charly estábamos mejor, que vuelvan los de verde, que somos hijos del rigor, y es esa misma gente que a la postre vota a los mismos hijos de su santa madre para que durante media vida nos meta la mano en el bolsillo con una sonrisa de amigo en la jeta.
Qué difícil que viene la mano, no?

9 comentarios:

  1. Etienne, la coherencia algún día me llevará a la felicidad? y de no ser así, me llevará a algo que se le parezca?
    Beso!

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  2. Bueno justamente está en nosotros votar, y además en lo posible participar.

    Abrazo

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  3. Limada, lamentablemente no existe un camino cierto hacia ese estado etéreo que se denomina felicidad. La coherencia, en todo caso, te permitirá vencer o claudicar en tu ley. Aunque me dijeron que la felicidad se compone de muchas otras cosas, tal vez más pequeñas.
    Besos!

    Lux, precisamente es la idea del rezongo. Participemos, incluyámonos en el proceso y peleemos por lo que corresponde. Y no maltratemos al prójimo, pues el día de mañana nosotros podemos ser ese prójimo.
    Abrazos!

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  4. Es dificil ser argentino, creo que siempre lo fue, o al menos desde que yo tengo uso de razón.
    Yo creo que lo más triste es que hasta nos han sacado las ganas de ser participes. Yo sé que no es excusa, pero es que además uno tiene una vida y trata de vivirla lo mejor posible a pesar de que los infelices nos quieren contagiar... y a veces una vida no alcanza para vivirla y entrar en acción. No digo que sea imposible, y es loable quien lo hace, pero es dificil, mucho, y más cuando te quitan tanto las ganas.

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  5. Lola, me parece que es más difícil creer en lo que nos dicen, creer en que nuestro esfuerzo va a servir para algo y eso nos hace escépticos de todo. No concibo la indiferencia sin justificación o el morbo social, donde miramos encantados las desgracias ajenas sin siquiera pensar en cómo los podemos ayudar.
    Ser argentino no es difícil, es más me encanta serlo. Pero nos está haciendo falta un profundo examen de conciencia.
    Besos!!

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  6. Ahijado bloggero. Le dejé algo en mi blog, pasé a buscarlo cuando quiera. Saludos

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  7. Hay un libro de Lanata al respecto, ADN. No lleva a la acción, ni es acción en si mismo, peeeeeeero... creer que se hace mirando para otro lado, sin asumir la verdadera identidad (eso de las chapas voladas es hora de asumirlo, no?) es casi casi lo mismo que no hacer nada. No existe la generalidad sin las particularidades y aunque sea el "mínimo" gesto de colgarse de la luz, hacerse el boludo con el de al lado, pretender que no pasa lo que pasa, eso, multiplicado en millones, da esto.
    Más dificil que hacer algo, es dejar de lado la cómoda negligencia esperando que venga Magoya a salvarnos. Difici, si.

    Sauludos.

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  8. Luna querida, con respecto al libro, lo tengo, lo leí y puede que algo me haya influenciado al escribir esto. Pero más todavía, la bronca que me brota cuando como individuos nos preocupamos por boludeces (léase chusmeríos) y somos egoístas siempre (salvo en catástrofes super mediatizadas) en lugar de ser altruístas todos los días.
    Entre muchas otras cosas...
    Besos!

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  9. Muy difícil. Se viene la mano muy dura.

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