sábado, 1 de agosto de 2015

Desespero esperando

¡Qué angustia y desasosiego genera la espera! 
Te espero y te demoras. Veo el dial del reloj despintarse con mi mirada posándose sobre él; aún así su marcha es excesivamente lenta, inexorable.
Qué impaciencia siento crecer dentro mío, mis pasos se acumulan uno tras otro pero no me acercan a ningún lado. Y es que parece todo en sintonía para que te espere. Mientras tanto, afuera nubes lentas, las ramas del sauce meciéndose lento y la quietud de la tarde hacen eterna esta espera.
El abismo de mi alma se hace aún más profundo cuando te aguardo, más poderoso. Y me aguarda también, sólo que su paciencia es infinita y su triunfo seguro.
El hueco de la soledad se alimenta de nuestras esperas, de nuestros anhelos; como siempre esperamos más, deseamos más y lo que obtenemos sólo nos deja algo conformes, el hueco sólo se hace más insondable, la soledad más oscura y más vanas nuestras esperanzas.
¡Que inquietud se apodera de mí cada vez que te espero! Salen a relucir todos mis tics inútiles, movimientos rítmicos sin motivo, mirada ansiosa perforando el aire, mis pasos errantes alrededor de las paredes prisioneras, en un circuito infinito.
De pronto y sin más dilación, el tiempo que te espero fue la eternidad y el instante en que llegas, la felicidad.

2 comentarios:

  1. Esperar a una mujer amada, con el agregado de dudar que puede no venir es lo más parecido al infierno... No, mejor no hablo más de infierno, vos me entendés.
    Me gusta encontrar sentimientos plenos, sin tanta parafernalia, como en el mío, por ejemplo.
    Un fuerte abrazo.
    HD

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  2. debo decirte, mi querido Intendente, que no te pasa solo a vos. Que no es un tema de "sexo", a nosotras también nos pasa y aunque angustia o desespera, es lindo porque adentro uno sabe que lo mejor está por venir

    mi beso

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