lunes, 28 de septiembre de 2015

Despedida

Te fuiste. Fiel a tu espíritu de innegociable libertad, desplegaste tus enormes alas de ángel redentor, abandonaste tu marchito cuerpo que no te hacía feliz y subiste raudo hacia la celeste gloria.
Dejaste listas las cañas, la caja con las líneas de flote y algún que otro anzuelo por cualquier cosa, el permiso vigente y el carnet de timonel. Dejaste la carabina con balas, la carpa y las estacas en perfecto estado, la parrilla limpia y la bolsita de los recuerdos. Dejaste el proyector sobre la mesa, los magazines de diapositivas con tus viajes, tus recuerdos. Dejaste un montón de cosas en el museo, etiquetadas para su mejor identificación.
Y también dejaste en nosotros el recuerdo imborrable de tu paso por nuestras vidas. Las enseñanzas, los retos, las anécdotas, el amor de padre, la ironía y la verdad revelada siempre lista para ser desplegada.
Nos dejaste sin tu presencia, seguirás viviendo a través nuestro. Quedan miles de recuerdos, infinitos momentos en que sentiremos que estás ahí. Nos haces falta, mucha falta; tu ausencia se hace notoria y tu mirada se percibe en cada momento.
Te fuiste antes de tiempo, aunque hiciste de tu vida un himno a la libertad. Sin horarios, sin compromisos asumidos, fuiste capaz de hacer todo lo que te propusiste, lo que quisiste, lo que deseaste. Y cuando el cuerpo ya no te acompañaba, recorrías el mundo con la memoria, con las historias mil veces contadas y mil veces disfrutadas.
Las palabras nunca alcanzarán, nunca harán que lo que uno siente por su padre se transmita tal cual surge del corazón. Decir "te extraño", "me haces falta", "te amo", son meras herramientas del idioma para transmitir lo irreemplazable que sos para nosotros.
Gracias Viejo! Buen viaje!

martes, 8 de septiembre de 2015

En el transcurso

A través del tiempo, compartiendo veladas, pasando juntos momentos varios incluyendo tragos amargos e inmensas alegrías, uno se va dando cuenta de muchas cosas, uno va encontrando las respuestas para esas preguntas acumuladas que torturan por las noches, que persiguen durante el día.

A través de la experiencia que da la existencia misma aprendemos a resolver intrincados enigmas, convivimos con cuestionamientos, a veces intrascendentes, lo que nos convierte en esmerados seres humanos, sociables, aptos para interactuar con otras personas, manteniendo a la vista el factor de lo imprevisto, inherente al caracter de ser vivo.

A través del transcurso de nuestras vidas vamos sumando anécdotas, hechos, encuentros, sucesos, que en conjunto nos brindan una escueta visión de lo que en realidad es el mundo, pero que nos informan con intachable veracidad el lugar que ocupamos en él y en la vida de los demás, cómo nos afectan y cómo los afectamos.

Todo tiene razón de ser, su correspondiente resolución, su motivo para ser, para suceder aquí, ahora y no antes ni después.